sábado, 9 de abril de 2011

Un poco de botánica

Mi papá es un fanático de las plantas. Las cuida, las riega, las poda… y creo que alguna vez, cuando yo era chico, lo enganché hablándoles… el me decía que para que las plantas crezcan había que hablarles. El siempre tiene muchas plantas...
Lo curioso de las plantas son los nombres. Creo que no hay mejor expresión de la sabiduría popular que los nombres de las plantas. ¿Quién le puso los nombres a las plantas?, dejemos de lado el nombre científico que ni siquiera a los biólogos les gusta… digo… ¿a quién se le ocurrió “Alegría del hogar”? ¿no será muy pretencioso? ¿en qué contexto habrá bautizado así a la colorida plantita? ¿sería una persona triste, con alguna enfermedad, en un país en guerra y esa florcita realmente traía alegría a su hogar?... “Enamorada del muro”… ¿la habrá bautizado un poeta? ¿o un alma triste por un amor no correspondido, consciente de que ese corazón estaba realmente enamorado de otra alma, representada en este caso, claro, por el muro? ¿Quién habrá propuesto “Palo borracho”… habrá sido un borracho que de regreso de la juerga, tambaleante, chocó contra el espinoso árbol?... ¿Quién dijo “Mala madre”, un huerfanito abandonado por su madre? ¿o un cura enojado con alguna monja? ¿De dónde salió “Pan de azúcar”? ¿se le habrá ocurrido a un diabético? ¿o a un panadero? ¿y cómo se le habrá ocurrido?, porque esa florcita no se parece en nada ni a un pan ni al azúcar. “Coronita de Cristo”, creo que ese nombre lo puso algún religioso ortodoxo, conservador del sufrimiento en la vida que proponen las sagradas escrituras. La pregunta es: cuando le pusieron a Cristo la famosa corona, ¿la planta todavía no tenía nombre?. Este es genial: “Sauce llorón”. Ese seguramente lo inventó un hombre triste que vio un parecido entre las ramas colgantes del solitario árbol y su torrente de lágrimas, quizá por el duelo de alguna pérdida. “Pensamiento” ¿lo propuso un filósofo que trataba de elaborar su tesis mientras observaba fijamente la flor? ¿o un célebre matemático que se aburrió de las matemáticas y se dedicó a poner nombres a las flores?. Uno infantil: “Rayito de sol”, que tierno… ¿lo habrá nombrado un niño que estuvo jugando con la florcita al mediodía, en verano y terminó con quemaduras de 1° grado?. Y este: “Dama de noche”, ¿muy gráfico no? que cada uno saque sus conclusiones. Ni el pasto se salvó: “Orejita de ratón”. Una señora con su casa infectada de ratones, ya los conoce tan bien que pudo encontrar el enorme parecido entre la oreja del roedor y la hojita verde del césped.
Y así podríamos estar un largo rato tratando de recrear cómo fue que la sabiduría popular se encargó de poner nombres a las plantas.
¿Existirán todavía plantas que no hayan sido bautizadas?, yo creo que sí, así que si llegan a encontrar alguna, apúrense a ponerle nombre antes de que alguien les gane de mano.
Paradoja singular: el único árbol que no tiene vida se llama “Árbol de la vida”.