lunes, 19 de diciembre de 2011

Cuestión de zombis

Creo que el dolor por los muertos es mas doloroso cuando se trata de muertos vivos que de muertos muertos. Dejando a un lado las historias de espíritus que se aparecen y almas en pena, sabemos que los muertos muertos están completamente muertos, hemos aceptado que ya no volverán, y estamos convencidos que no se presentarán por ahí como zombis. Tal vez aparezcan en algún algún sueño, o en alguna foto vieja, que nos haga sentirlos presentes por un pequeño instante, pero no mas que eso. No podríamos ser tan pretensiosos como para pedirles que interrumpan su descanso eterno para que nos vengan a visitar, y aunque lo fuéramos, eso difícilmente sucedería. De tal manera, el muerto (que antes estaba vivo) muere. Uno lo vela, alguna señora le reza un rosario, según el culto a los muertos de cada tradición, cultura, religión, etc, al muerto se le hace la ceremonia de ocasión, se lo llora un tiempo, y luego pasa, tal vez, a la parte agradable del recuerdo... o al menos, al recuerdo. Murió.
Los muertos vivos, en cambio, son vivos vivos en una vida ajena a la nuestra. Viven en esa otra realidad, imaginaria para nosotros, llena de interrogantes. Viven en un mundo de fantasía que varía según la imaginación de quién intente recrearlo.
Los muertos vivos cada tanto aparecen. Uno los creía muertos. Uno ya había sentido dolor por su auscencia. Pero de pronto dan esa inesperada señal de vida, que no es del todo vida, porque no hacen cosas de gente viva, sino que simplemente se muestran, recordándonos que no están completamente muertos. Entonces uno cree que volvieron a la vida, que vuelven a ser esos vivos tan vivos que eran parte de uno, parte del alma de uno, de la cotidianeidad, de los abrazos, de los momentos compartidos. Quizás ese momento sea de fantasía, no sea tan real como aparenta. Sabemos que es fugaz, sabemos que durará poco, sabemos que nuestro muerto vivo (que ahora parece vivo vivo) tiene pasaje de vuelta, tiene esa otra vida, esos otros amigos, ese otro amor, ese otro trabajo, esa otra casa, etc... y una vez mas sucede: vuelven a morir. Y ahí entendemos que son muertos. Vivos si... pero muertos. De esta forma el duelo, que creíamos terminado, vuelve a empezar. De nuevo aeropuerto, de nuevo mucha suerte, de nuevo ¿cuándo volverá?, de nuevo ¿que será de su vida?, de nuevo te extraño...
Si, estoy convencido: el dolor por los muertos vivos duele mas que por los muertos muertos.


Canción de las simples cosas, por la gran Chavela.

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